martes, 3 de abril de 2012

-Meritxell Fernández Hernández.

Siempre es la mano, no el puñal, nunca es lo que pudo haber sido, no es porque digas la verdad, es porque nunca me has mentido. No voy a sentirme mal si algo no me sale bien, he aprendido a derrapar, y a chocar con la pared. Que la vida se nos va, como el humo de ese tren, como un beso en un portal, antes de que cuente diez. Y no voy a sentirme extraño, aunque no me llegue a conocer, y no volveré a quererte tanto, y no volveré a dejarte de querer. Dejé de volar, me hundí en el barro, y entre tanto barro me encontré, algo de calor sin tus abrazos, ahora sé que nunca volveré.
Meritxell Fernández Hernández.

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