Rendirse no es ser cobarde, rendirse es saber cuando parar, es darte
cuenta de que ya no puedes más, es saber que hasta ahí llegas, que ya lo
has dado todo, ¿y cómo vas a dar más? No eres un robot, no eres otro
ser que no sea humano, eres una persona y al igual que todas, te rindes.
Igual que yo, igual que muchos, igual que todos.
No te hagas el fuerte, si no puedes más, déjalo estar y punto.
Ya eres valiente por haberlo intentado. Ya eres valiente por haberte rendido.
SONRISAS FINGIDAS.
Meritxell Fernández Hernández.
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